Demasiadas veces se confunden términos o se utilizan de manera ambigua. El medio ambiente está en boca de todos y a menudo se cuelga la etiqueta de ecológico a un producto demasiado pronto. Des del punto de vista medioambiental, no está tan claro que los prefabricados sean una solución de bajo impacto para una construcción más ecológica.
- No se utilizan materiales ecológicos: salvo en contadas ocasiones, las casas prefabricadas no están producidas con materiales ecológicos, sino con productos similares a la edificación convencional. A menudo se afirma que son materiales ecológicos tan sólo por ser inertes o no tóxicos. Pero de hecho utilizan materiales que necesitan grandes cantidades de energía en su fabricación y consumen recursos no renovables. Se mantiene la presión y contaminación del medio que hasta hoy esos materiales han llevado asociada. Las casas prefabricadas utilizan aislantes de lana de roca, acero, o madera cuyo origen no se especifica. El hormigón, continúa siendo hormigón. Poco importa que el cemento vaya a una planta de producción o a pie de obra. Los hornos de clinker continuarán consumiendo la misma energía y alterando la calidad del aire a su alrededor.
- Transporte: las emisiones que genera el transporte son el 40 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero. Los elementos o viviendas prefabricadas requieren un desplazamiento, desde la planta al emplazamiento final. Un suplemento que añadir al transporte inicial de las materias primas hasta la planta de ensamblaje. Los defensores de las casas prefabricadas argumentan que las fábricas estarían situadas en centralidades que permitieran hacer un uso eficiente del transporte. Resulta difícil, sin embargo, poder garantizar que la planta de producción se ubique siempre cerca de las construcciones finales, puesto que se construye en todo el territorio.
- La construcción: sería un proceso más intensivo en energía fósil y menos en energía humana. La reducción del tiempo de trabajo, la cantidad de trabajadores necesarios, etc. se defiende como una mayor eficiencia en el proceso. Pero esta eficiencia final se basa en una mayor cantidad de energía, por ahora fósil y nuclear, aplicada en el proceso industrial, en la fabricación de los componentes en planta. El tiempo y la energía humana de la mano de obra, no contaminantes, se ven reducidos.
- Los residuos se generarían en planta: que se produzcan menos residuos en obra no quiere decir que no se generen. Materiales defectuosos y embalajes de materias primas se convertirían en residuos en la planta de fabricación, aunque no se hicieran visibles sobre el terreno. Eso sí, quizá su gestión pudiera estar sometida a un mayor control o ser más racional.
- Las casas prefabricadas: todavía no resultan significativamente más baratas que las de construcción convencional. Este es uno de los argumentos a los que se atorga mayor importancia, a causa de los crecientes precios de la vivienda.
Una parte muy importante del coste es el terreno, los servicios (alcantarillado, agua), los permisos y el financiamiento. En el caso de las casas prefabricadas, estas no tienen apenas ventaja económica sobre las viviendas construidas sobre el terreno y el ahorro sería mínimo. Teóricamente, las construcciones modulares totalmente prefabricadas resultarían más baratas si se comenzasen a producir de manera masiva puesto que permitiría reducir los costes industriales. De hecho, estos precios bajos se podrían mantener "gracias" a los sueldos relativamente bajos de los trabajadores en fábrica, muchos de los cuales serían contratados sin experiencia previa y formados en tareas específicas.
En el caso de la edificación plurifamiliar, la eficiencia en la construcción y los ahorros que permiten los grandes forjados y otros componentes prefabricados, son ahorros de tiempo y reducciones de personal, y por tanto de costes. Sin embargo, los edificios plurifamiliares compuestos parcialmente por elementos prefabricados tienen un precio de mercado similar. Todo parece indicar que los avances en esta industrialización de la edificación no se traducen en un precio más asequible para la mayoría, sino en todo caso más bien en beneficios para el promotor.
Otros problemas pueden ser la falta de adaptación al terreno (cada parcela tiene unas características, materiales geológicos, topografía, vegetación particular), la pérdida de opciones creativas (si con el objetivo de reducir costes se crean elementos constructivos monótonos), e incluso problemas a largo plazo a nivel social derivados de la industrialización de la construcción (si la prefabricación se realizara a gran escala se estaría aumentando quizá la cantidad de personal no especializado)
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